Los distintos giros a la izquierda que han afrontado los gobiernos latinoamericanos.
La histórica llegada de Petro a la presidencia de Colombia confirma el nuevo escenario que surge en Latinoamérica respecto al nuevo giro que afronta la región de manera ideológica, el renovado giro a la izquierda trae una serie de sentimientos de esperanza y decepción como consecuencia del panorama vivido con anterioridad a inicios del siglo XXI, una vez más el mapa de la región se pinta ideológicamente de un mismo color en su mayoría.
A diferencia de la forma de trabajo de las izquierdas de los 70s y 80s mediante mecanismos no asociados a la idea de sufragio; los inicios de un nuevo siglo vincularon la llegada de la izquierda al poder con procesos democráticos necesarios para llevar adelante su agenda de transformación, en la estrategia de los lideres de izquierda no había motivación para la ejecución de un golpe de estado. Con los 2000s, la idea de de democracia representativa dejó de significar para la izquierda un instrumento únicamente de las clases dominantes y, cobró sentido como vía de acceso al poder y posible cumplimiento de la transformación anhelada.
En ese sentido, la primera década del siglo trajo consigo la elección de varios gobiernos de izquierda que lograban consolidarse y, en algunos casos, ser reelectos. En 1999, el ascenso de Hugo Chávez al gobierno venezolano permitió entender la nueva división de los dos tipos de izquierda. Por un lado, denominada izquierda "moderna y reformista" que estaba representada por los gobiernos de Lagos y Bachelet en Chile, de Vázquez en Uruguay y, en parte, de Lula da Silva en Brasil; y, por otro lado, una izquierda denominada "nacionalista y cerrada" que era representada por los gobiernos de Morales en Bolivia, Correa en Ecuador y Chávez en Venezuela. Con el pasar de los años el giro a la izquierda llegó a su fin por los constantes signos de agotamiento e inconsistencia de las agendas transformistas, en la mayoría de los países latinoamericanos se regresó a los gobiernos de derecha y/o centro.
El segundo giro a la izquierda se produce en un contexto totalmente diferente al del pasado y, por ende, en una región con una evolución de nuevas perspectivas (feminismo, ecologismo). En ese sentido, la forma en la que la izquierda denominada “progresista” aborda ciertos temas resulta disímil a la pasada; este nuevo periodo ha sido catalogado como un segundo giro a la izquierda a raíz de la victoria de ciertos candidatos entre 2020 y 2021: Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile. No todos presidentes electos en los dos últimos años siguen las líneas basadas en la evolución de nuevas perspectivas, es el caso de Pedro Castillo que mantuvo en su propuesta de plan de gobierno la idea de un gobierno nacionalista y cerrado.
Ambos giros reúnen acontecimientos marcados por una misma palabra “cambio”, existen ciertas diferencias entre los diversos enfoques que se dedican a analizar el escenario político del “giro a la izquierda” y, todos, en cierta medida, reconocen las trasformaciones sociales, políticas y económicas que se ejecutaron en los países latinoamericanos; sin embargo, el surgimiento de nuevas experiencias políticas también genera ciertas diferencias en el tipo de trasformación esperada por los votantes antiguos y nuevos votantes.
Lo cierto es que en ambos periodos el gran desafío para los gobernantes latinoamericanos ha sido poder cumplir con las demandas de mejores servicios públicos, seguridad social y, con especial atención a la disminución de las desigualdades que, como propuesta, sintoniza mejor con la izquierda y el discurso que se mantiene durante la campaña electoral.
Surgen nuevas interrogantes respecto a este nuevo proceso que afronta la región ¿Cómo se relacionarán los gobiernos de izquierda en este nuevo periodo?¿Qué horizontes tendrán los espacios progresistas gobernantes en el escenario fuera de la campaña electoral? ¿El nuevo giro a la izquierda se mantendrá? ¿Esperanza o decepción?
Comentarios