Hablemos de “Democracia”, en la actualidad muchos países dicen tener gobiernos democráticos; Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, México, Brasil, Perú, etc. Cuando nos preguntan sobre nuestra forma de gobierno, pensamos automáticamente en que vivimos en democracia, lo que implica elecciones, que son una conquista del pueblo, en estas elecciones elegimos a políticos preparados. Donde el poder está en los ciudadanos, aunque no directamente ya que eso sería un descontrol total, por lo que surgen los Partidos Políticos, donde uno vota de acuerdo con la afinidad que se tenga con el programa electoral, por lo que es muy importante. Sin embargo, existe una gran desconfianza con los políticos y el programa electoral.
Los Gobiernos Representativos surgen con la Revolución Francesa. El poder se puede visualizar como una pirámide donde arriba están los que pueden hacer las leyes, los que mandan en sí, y abajo los que obedecen. Así era básicamente hace 200 años donde el rey tenía el poder, y para que no sea tan visible su poder absoluto, el rey convocaba y consultaba de vez en cuando una asamblea conformada por los nobles, la iglesia y gente con profesiones prestigiosas, en otras palabras, los burgueses. Con el contrato Social de Rousseau, sus ideas tomaron énfasis. Él mencionaba que para que las leyes sean leyes, todos tienen que participar para hacer las leyes. Había varias maneras para que todos participemos. Una de esas es eligiendo representantes, que consultaban y pedían permiso a la ciudadanía para aprobar estas leyes. La republica Francesa y los Estados Unidos optaron por esta vía. Llamándose así mismas: “Repúblicas de Gobierno Representativo”, donde para elegir tenías que tener ciertos requisitos: ser hombre libre, mayor de 25 años e independiente económicamente, gente con dinero y propiedades; los burgueses. Es decir, los que eligen y los elegidos pertenecen al mismo grupo en la escala piramidal de poder. La elección no es una conquista del pueblo, la elección la mantiene una élite.
La gente empezó a exigir que pudiera votar todo el mundo, el famoso sufragio universal. Pero, se había dejado una cosa de lado, recordemos lo que decía Rousseau para que una ley sea ley, todos debemos participar en hacerla. Si no la hacemos todos y elegimos representantes para que la hagan, necesitamos mecanismos para que nos hagan caso y poder tener cierto control con las leyes que se aprueban y cuáles no. Si no creamos esos mecanismos, entonces no tenemos el poder y no hemos elegido representantes sino jefes. Por lo que no, el poder no está en el pueblo, esta en los representantes. Y no importa lo mucho que desconfiemos de los representantes (políticos), la elección se basa en la confianza total.
Con la aparición de los partidos de masas, se clasifica a la gente por ideologías, no importa tanto la persona en sí, sino sus ideas y lo que representa. Aquí es donde surgen los programas electorales, que son en sí paquetes de promesas que hacen los partidos.
Sin embargo, por mucho que prometan, en el sistema actual no hay mecanismos que regulen y controlen que estas promesas se cumplan; o que el representante que elegiste te haga caso. El único mecanismo es elegir y votar a otro, pero eso tampoco te da ninguna garantía. Entonces, realmente el programa electoral no tiene importancia alguna.
Y eso que no hemos mencionado como funciona un partido político. Es otra pirámide, donde si quieres llegar a ser un representante tendrás que ir escalando la pirámide de poder. Primero diciendo que sí a todo, luego ir formando alianzas, alianzas que luego puedes romper, y cuando seas alguien, jugar con las cartas de promesas, prometer y prometer. Y los que suelen llegar arriba, son la gente que esta de acuerdo con todo el mundo. Los partidos en sí son una máquina de seleccionar mediocres. De donde los que son candidatos, no suele ganar el mejor para gobernar, sino el que es mejor para ganar elecciones, pero esto no quiere decir que sean personar preparadas. De hecho, suelen ser personas mediocres y eso lo podemos verificar en nuestro propio país y política actual.
Ahora veamos lo que pasa en la parte alta de la pirámide, donde se reúnen los representantes, el parlamento se diseño para ser un lugar donde se deliberaba ante opiniones diferentes y se trataba de convencer a los demás y se estaba abierto a ser convencido para llegar a un acuerdo. Pero, con los partidos de masas se convierte en un simple medidor de poder, cuantos más votantes tienes, más fácil resulta imponer tus ideas. En la actualidad, los partidos han perdido gran parte de su militancia. La sociedad se compone de una mayoría no militante, que no es de ningún partido, y las minorías que siguen en ellos. Donde atraer a la mayoría es la clave. Por lo que los partidos estudian esto y van cambiando el comportamiento y rumbo del partido para atraer votantes e incluso fabricando candidatos. Los partidos no solo tienen que atraer votantes, también tienen que evitar que votes por el resto de los partidos, lo que crea la polarización donde hay dos extremos y se divide a la sociedad en dos polos opuestos sin llegar al final a un consenso.
Entonces al final, ¿Vivimos en democracia? En Estados Unidos, el gobierno representativo más antiguo decía: “La democracia es lo opuesto a los gobiernos representativos”. Si nombramos democracia a los gobiernos representativos, no sabremos que es realmente la democracia.
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